Si bien es cierto que la formación de piedras en el riñón es más común en hombres que en mujeres, los cambios que experimenta el cuerpo de la mujer durante el embarazo también pueden acabar afectando al sistema urinario y a los riñones. Uno de los problemas que puede aparecer durante este proceso es la formación de piedras o cálculos en el riñón.
El síntoma más característico de la litiasis renal es el cólico nefrítico o renal, un dolor muy intenso en la zona lumbar debido a la obstrucción de las vías urinarias por parte de material sólido (cristales de calcio, fosfato, oxalato o ácido úrico presentes en la orina que se solidifican generando las piedras o cálculos). El dolor puede irradiar hacia la parte baja de la espalda y puede ir acompañado de escozor o molestia al orinar.
A pesar de la situación un poco escandalosa, no suele existir riesgo para el bebé. Aun así, es motivo de ingreso en un centro hospitalario para intentar aliviar y contener el dolor de manera intravenosa, así como controlar el estado de salud de la madre hasta pasado el episodio.
Durante el embarazo, la expulsión de los cálculos de manera natural es bastante frecuente. Por eso mismo, el tratamiento se basa en analgésicos para calmar el dolor, reposo y control de la evolución mediante ecografías, ya que es la prueba más segura y fiable para la madre y el bebé.
Cabe destacar que las mujeres con tendencia a formar cálculos y padecer cólicos nefríticos antes del embarazo son más propensas a desarrollarlos durante la gestación, así como a lo largo de su vida. Por esto mismo, para prevenir la nueva formación de piedras en el riñón, se recomienda seguir unas indicaciones concretas: beber mucho líquido (al menos 2 litros al día), seguir una dieta baja en calorías, limitando el consumo de sal azúcares y alcohol, y poner especial atención al pH urinario, uno de los factores más relacionados con la formación de piedras en el riñón.
Mantenerse en un intervalo de pH preventivo entre 5,5 y 6,2 ayudará a contener el grado de acidez óptimo para evitar la formación de cálculos. Esto se puede conseguir con el método Lit-control, que permite medir y controlar el pH urinario en cualquier momento y saber así si existe riesgo de formación de cálculos o no.