¿Qué relación tiene la obesidad con los cálculos renales?
En nuestro país, según la Sociedad Española de Cardiología, cerca del 40% de la población presenta sobrepeso y el 21% obesidad. Se ha demostrado un aumento del riesgo de padecer un cólico nefrítico hasta 2 veces mayor en los pacientes obesos. La probabilidad de recurrencia, posibles complicaciones y el riesgo de insuficiencia renal severa y diálisis estará aumentado en los pacientes con litiasis renal y obesidad. Por tanto, la obesidad se presenta como uno de los factores modificables más importantes en la prevención de padecer cálculos renales y sus posibles consecuencias para el riñón.
La obesidad está asociada con la resistencia a la insulina y con trastornos metabólicos que pueden conducir a la formación de cálculos renales que contienen calcio.
Diversos estudios han mostrado que las alteraciones del pH urinario estaban relacionadas con el peso corporal.
Se sospecha además que el incremento del peso corporal puede tener una relación directa con el aumento de riesgo de presentar cálculos renales, dada la fuerte asociación entre el aumento de peso desde la edad adulta temprana y el riesgo de formación de cálculos incidentes que sugiere que la adiposidad juega un papel central en la relación entre el tamaño corporal y la nefrolitiasis.
¿Cuántas personas pueden estar afectadas?
En 2025 se estima que la obesidad afecte a un 21% de las mujeres y al 18% de los hombres del planeta.
la litiasis representaría entre el 4 y 10% de las causas de Insuficiencia renal Crónica
El SEN (Sociedad Española de Nefrología), señala que las personas con obesidad tienen prácticamente el doble de probabilidades de sufrir una ERC (Enfermedad crónica renal) que una persona sana y que el 13,8% será en hombres y un 24,9% en mujeres en países industrializados.
Teniendo en cuenta este dato, las personas con obesidad o sobrepeso, tienen entre dos y siete veces mayores probabilidades de desarrollar ERT (enfermedad renal terminal) que las personas con un peso normal. Además, como la obesidad aumenta directamente el riesgo de padecer diabetes tipo 2, hipertensión arterial y enfermedades coronarias, causan un daño directo sobre el riñón al aumentar su carga de trabajo y por lo tanto conlleva a mayor aparición de la ERC (enfermedad renal crónica).
Todo apunta que existe una interrelación de carácter metabólico entre la obesidad, como factor de riesgo, el riesgo de padecer piedras en el riñón, la posibilidad de desarrollar una enfermedad renal crónica, con otros factores de riesgo como la hipertensión y la diabetes.
Adicionalmente, tampoco la obesidad ayuda en caso de que tenga que realizarse alguna técnica instrumental (litotricia o intervención quirúrgica), al contrario, dificultará la labor del urólogo a la hora de poder intervenir sobre el cálculo.
¿Cómo podemos prevenirlo?
La buena noticia es que la obesidad es en general un factor de riesgo “modificable”, esto es, que se puede prevenir o incluso revertir. y por lo tanto se puede frenar o incluso revertir en parte el riesgo de padecer estas afecciones.
Por lo tanto, es necesario la educación y la concienciación de estos problemas y adoptar hábitos de vida saludables, practicando ejercicio, beber agua en abundancia, y siguiendo una dieta sana y adecuada especialmente si se realiza mediante control y seguimiento médico.
Para complementar una dieta sana y equilibrada, se pueden consumir complementos alimenticios como Lit-Control pH Up y Lit-Control pH Down que ayudaran a regularizar el pH urinario ayudando así a mantener una buena salud urinaria.
* Sociedad Española de Nefrología. nefrología 2 0 1 7;37(4):360–369 NEFROLOGÍA. Volumen 25. Suplemento 4. 2005